El poder del silencio
El silencio tiene mucho poder y un rol importante en nuestra vida.
Es interesante cómo las cosas más sencillas y básicas pueden tener un impacto enorme en nuestra vida.
En una sesión de supervisión, hace tiempo, aprendí con sorpresa algo que en realidad ya sabía pero que, en muchas ocasiones, no incorporaba de manera consciente a mi trabajo y a mi vida privada: lo poderoso que puede ser el silencio.
Hay personas que no saben lo importante que es una pausa. Es parte de la música, de nuestra vida, de nuestro flujo de vida interior. El silencio define el ritmo. Una pausa define respiros y suspiros. El silencio es parte de nuestras conversaciones clave.
El abrazo más maravilloso que jamás he recibido estaba vinculado al silencio. El discurso más interesante que he escuchado tenía un ritmo y pausas que me dejaron pensar y digerir lo que oía. Los momentos clave para mis coachees son los momentos de pensamientos, de pausa, de silencio.
A veces, tenemos miedo del silencio. Cenando con amigos, en ocasiones, tengo la sensación de que queremos llenar los momentos de silencio y tenemos la tendencia de hablar todo el rato, sin pausar. Nos olvidamos así de que el silencio nos haría disfrutar del momento, de la comida, de la vida en sí misma.
Una pausa después de una frase importante hace que esta frase tenga más peso, que se quede en el aire generando más impacto.
También es verdad que nuestro interlocutor necesita entender lo que decimos, lo que queremos expresar, lo que queremos transmitir. Y, en lugar de escuchar, tendemos a interrumpir, a hablar sin pausa, contar todo como una cascada de agua fría.
El problema es que en la mayor parte de las veces no escuchamos para entender, sino para contestar, para poder decir nuestra idea y dar nuestra opinión. Y, la gran mayoría de estas veces nadie nos pregunta.
El minuto de silencio que hacemos en ocasiones especiales, como cuando muere alguien, es un símbolo de respeto, de introspección, de tranquilidad y de calma.
Cuando estoy en el mar, lejos de la playa, con el windsurf o con el kayak, me doy cuenta de manera impactante del poder único y maravilloso del silencio. En estos momentos es difícil callar la mente, es casi imposible hacerlo sin ejercicio pero, cuando lo logro, me siento una parte del agua, una parte del cielo, una parte de la naturaleza.
Disfrutando del silencio y de mi paz interior puedo entender mi realidad, mi mundo, mis acciones y reacciones. Me capacita para ser más receptiva frente a mis interlocutores.
El silencio es parte activa de nuestra vida. Disfruta de eso para alcanzar más productividad, efectividad, felicidad e intensidad.